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Los libreros de viejo en la Ciudad de México



Los libreros de viejo en la Ciudad de México distribuyen su material de formas muy diversas. 


1. Librerías de ocasión.

La imagen más conocida y más romantizada es la del vendedor que tiene un local fijo, una librería con anaqueles llenos de impresos antiguos en el centro de la urbe, principalmente en la calle de Donceles, estos espacios surgieron debido a la demanda de los estudiantes cuando las aulas de la Universidad Nacional se localizaban en las mismas calles, algunas se mantienen en pie a pesar de la gentrificación de la zona, pero actualmente también se ubican en el sur de la ciudad y en la colonia Roma principalmente, aunque existen algunas dispersas en otras demarcaciones de la capital. Estos puntos de venta exhiben su material de forma temática la mayoría de ellas, esperan a que los clientes los visiten y eventualmente se comunican con ellos cuando les llegan los títulos solicitados, se les conoce como librerías de ocasión o de viejo. Pueden ser atendidas por el dueño, pero muchas de ellas trabajan con empleados, los cuales asisten al cliente en la búsqueda en el interior del establecimiento.

2. Libreros de a pie.

En ocasiones estos distribuidores caminan de extremo a extremo de la ciudad, llevando los tomos hasta la puerta del cubículo, salón, despacho, consultorio, restaurante o cantina donde se halle el cliente, normalmente trabajan con una lista de las peticiones o por la intuición de que a cierto lector le interesará el ejemplar adquirido. Otorgan el servicio de búsqueda de un título o tema específico y lo entregan en las manos del solicitante. Conocen todos los tianguis y librerías de la capital. 

3. Ferias de libro.

En México se realiizan ferias de libro de índole diversa, las mejor organizadas son por universidades estatales y cámaras de comercio, teniendo la planeación del espacio y presentaciones desde meses de anticipación, consideran entre los expositores, editoriales consolidadas, en expansión y librerías de viejo y de nuevo. Otro tanto, son armadas por brigadas culturales y entusiastas organizadores que llaman a participar a vendedores de saldos editoriales y libreros de viejo. Existen libreros que dependen casi exclusivamente de las ferias, participan en ellas durante todo el año, escogen su material dependiendo al público al que deben satisfacer, ya se una plaza pública con libros de interés general o especializado si es dentro de una universidad.

4. Locales metálicos.

En la capital del país abundan por sus calles muchos puestos metálicos de color azul o de acero inoxidable donde se ofrecen en venta generalmente revistas atrasadas, aunque muchos de ellos son ocupados para vender libros, en la zona Centro se exhiben principalmente tomos pirata mezclados con saldos, pero en otras colonias se ofertan libros viejos junto con las revistas. La peculiaridad de estos locales es que deben tener alto dinamismo en la propuesta de títulos, ya que abastecen a un público más reducido, pero asiduo, generalmente vecinos de la colonia u oficinistas.

5. Tianguis de chácharas y antigüedades.

En una de las urbes más grandes del mundo no faltan los tianguis de cháchara o mercados de pulgas, allí se pueden encontar objetos de toda índole, los tianguis que se ubican en colonias populares los precios son sumamente bajos, como en Santa Cruz Meyehualco o El Salado, por citar algunos, ahí se abastecen los especialistas que los llevan a otro puntos, en colonias acomodadas  o con mayor tradición, como el Jardín Ignacio Chávez en la Doctores, o La Lagunilla con siglos de historia, normalmente se instalan los fines de semana y los precios son más elevados, pero sin lugar a dudas con una mejorada selección hecha por libreros de oficio. 
En exclusiva para libros desde algunos años, los sábados se instala en Plaza del ángel en la Zona Rosa, un grupo de libreros que ofrecen su material a coleccionistas; recientemente la Plaza de la Santa Veracruz en el Centro Histórico se convirtió en un punto de subasta y de venta minorista, debido a un incendio debieron trasladarse a una cuadras, al Panteón de San Fernando, actualmente ofrecen su material alrededor de una centena de libreros que acuden de toda la ciudad convirtiéndose en un punto estratégico para conseguir impresos, son asiduos vistantes lectores, profesores, coleccionistas, bibliófilos y bibliómanos. Tambien en los alrededores de Ciudad Universiaria se instalan algunos libreros durante los días de clase. Sin olvidar a todos los vendedores que eventualmente se instalan fuera de alguan estación del metro, debajo de puentes vehiculares o afuera de preparatorias.

6. Grupos de venta, subastas y perfiles particulares en redes sociales.

Hace unos años con el surgimiento de las redes sociales se iniciaron grupos con intereses particulares, los de libros viejos no fueron la excepción. En la Ciudad de México tuvo un "boom" principalmente uno de ellos: "El rincón de la cháchara", los miembros podían subastar desde un peso sus libros, a partir de sus exito surgieron muchos grupos de venta mas especializados, actualmente son cientos, varios de ellos relizan sus entregas en un solo punto, El Panteón de San Fernando, los demás lo hacen en instalaciones del metro, escuelas o librerías. La red social más utilizada es Facebook, pero también se realiza por Instagram, Tik-tok y Twitter.

7. Librerías  de viejo en línea

Tristemente son muy pocos los aventurados a abrir una tienda de libros viejos en línea, debido principalmente a que aún nos se tiene la costumbre y la confianza en estos portales. Los pocos existentes ss enfocan en bibliofilia o en literatura,  ejemplo de ello son librosdrsamano.com y pericobooks.com

8. Portales intermediarios en línea.

Muchos libreros han optado por vender en portales de venta como Mercado Libre o Iberlibro, que aunque cobren un porcentaje por el servicio, mantiene el material en circulación. 

9. Venta por lote a mayoristas.

Existen pocas librerías que lo realizan, adquieren bibliotecas particulares diariamente y ofrecen los ejemplares a bajo costo y por lotes a revendedores, pueden hacerlo en sus bodegas o librerías. Un ejemplo de ello es Librero en Andanzas, con eventos de remate continuamente, inicialmente en la Ciudad de México, pero extendiendose a Pachuca, Hidalgo y Guadalajara, Jalisco.  

10. Botaderos de libros viejos.

Ya casi extintos, existían vendedores que ofrecen su material en locales donde no existe un acomodo temático, simplemente se almacenan revitas y libros viejos, los visitantes deben preguntar al encargado o estar dispuestos a internarse entre pilas de libros por horas hasta hallar el título indicado. 




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