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Los libreros de viejo en la Ciudad de México

Los libreros de viejo en la Ciudad de México distribuyen su material de formas muy diversas.  1. Librerías de ocasión. La imagen más conocida y más romantizada es la del vendedor que tiene un local fijo, una librería con anaqueles llenos de impresos antiguos en el centro de la urbe, principalmente en la calle de Donceles, estos espacios surgieron debido a la demanda de los estudiantes cuando las aulas de la Universidad Nacional se localizaban en las mismas calles, algunas se mantienen en pie a pesar de la gentrificación de la zona, pero actualmente también se ubican en el sur de la ciudad y en la colonia Roma principalmente, aunque existen algunas dispersas en otras demarcaciones de la capital. Estos puntos de venta exhiben su material de forma temática la mayoría de ellas, esperan a que los clientes los visiten y eventualmente se comunican con ellos cuando les llegan los títulos solicitados, se les conoce como librerías de ocasión o de viejo. Pueden ser atendidas por el dueño, pero mu
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El consejo de Guillermo Tovar de Teresa

Gillermo Tovar de Teresa nos dio un consejo que no olvidaremos, fue la clave para mantenernos motivados en el mundo del libro viejo.  Hace unos diez años al llegar a la pequeña bodega que teníamos en la colonia Roma de la Ciudad de México, cuando iniciamos como Librero en andanzas, mi sorpresa fue grande, sentado entre los pocos anaqueles que teníamos estaba el bibliófilo, bibliógrafo y cronista emérito de la ciudad, esperándonos con una primera edición de Octavio Paz en las manos, vestido con un traje negro, chaleco y corbata roja, estaba interesado en adquirir libros regularmente con nosotros, nos platicó sobre sus intereses bibliófilos de ese momento durante unos veinte minutos y se retiró.  A los pocos días conseguimos una revista política ilustrada del siglo XIX, “La Orquesta”, casi completa y en excelentes condiciones, acudió al llamado al siguiente día acompañado de un reconocido caricaturista, cerramos el trato y quedamos en entregarle los libros más tarde en su casa. Ya en su

Adicto a los libros

Perdí a mi familia y también mi casa, pero conservo los libros. Protejo cuarenta y tres mil tomos en un departamento y dos bodegas rentadas, odio tenerlos en cajas, por ello los apilo con el lomo a la vista, a mi disposición, puedo estar frente a ellos por horas, admirando los colores, tipografías y formas que adquieren las decenas de columnas zigzagueantes debido a los distintos tamaños: miniatura, pequeños, mediano chicos, medianos, mediano grandes, cuadrados, formato de arte, monumentales y de figuras extrañas. Mi familia se alejó, simplemente me abandonaron, no soportaban mi adicción; mi ex-esposa decía que hubiera preferido que fuera borracho o mujeriego a acumulador sin remedio. Fui profesor universitario, me despidieron por mejorar calificaciones a cambio de primeras ediciones y ejemplares numerados. No lo entienden, los libros son mi pasión, mi vida. Obvio que los leo, el contenido es lo más importante, pero la textura, el olor, la sensación de tenerlos entre las manos es impos

Mi currículum de librero de viejo

2002-2009.  Ayudante de librería en "Torre de viejo" en Miguel Ángel de Quevedo y "Novo" en Av. Universidad, en ese lapso trabajé en la apertura de las librerías "Ahuizote" en Miguel Ángel de Quevedo, "Mercenario de la lectura" en Allende en el Centro Histórico. Todas ellas eran propiedad de los hermanos , Juan, Leonardo y Mercurio López Casillas. También apoyé en mis tiempos libres en la asignación de precios en las librerías "Mallinalli" y "Malintzin" sobre Miguel Ángel de Quevedo pertenecientes a Marina López Casillas.  2009-2011 Me independice y adquirí un local en el Corredor Cultural Balderas, a un costado de la Biblioteca México, me especialicé en literaratura, filosofía y bibliofilia. Al mismo tiempo rente un local callejero metálico en Monterrey esquina Insurgentes en la Roma y otro sobre Av. Sonora, muy cerca del Parque México en la Condesa. También parcipaba en ferias del libro en Ciudad Universitaria y municipios a

La librería de Bajío 156

 En la última calle de la colonia Roma yendo hacia el sur, justo antes del Viaducto Miguel Alemán entre dos ejes viales importantes, Monterrey y Medellín se encuentra la librería de Bajío 156, antes fue un restaurante, pero con algunas adptaciones actualmente alberga un local lleno de libros viejos.  Mi socio Josué González y yo presentamos Librero en andanzas en febrero-marzo de 2012, en un evento alterno a la feria de libro del Palacio de Minería de la UNAM, con las ganancias generadas logramos rentar un espacio de 80 metros cuadrados, una bodega consistente en tres habitaciones y un patio amplio, la idea original era almacenar de forma momenanea las bibliotecas que adquiríamos diariamente antes de venderlas por lotes a libreros de viejo. Ese sistema no duró mucho tiempo, exactamente en nuestro primer aniversario la casera nos "invitó" a abrir un local al público o dejaría de rentarnos el lugar, inmaduros en decisiones comerciales aceptamos y en el lapso de dos semanas abri

Mi chamba entre libros

 Trabajo en una librería de viejo en México, para ser específico en una bodega de libros usados que se distribuyen a cuatro locales físicos en tres estados del país, a cuatro grupos de venta en redes sociales y a tres portales en línea. Sin contar algunas ferias, eventos temáticos y de remate que eventualmente organizamos más la salida por lotes a libreros. Catalogo diariamente un promedio de 300 ejemplares provenientes de la compra de bibliotecas particulares ubicadas principalmente en la Ciudad de México. Llegan a la bodega en cajas de cartón y en pequeños lotes sujetos con plástico ( playo ), mis ayudantes sacan los libros y los reparten por tamaño en mesas y palets , me dejan solo una parte de todo lo adquirido, lo más raro, antiguo y comercial, lo que tiene prioridad, el resto lo asignan de la misma forma a otra área de selección.  De las pilas tomo los libros uno a uno, reviso las condiciones físicas, pongo especial atención en roturas, faltantes, subrayados y manchas; observo la

Compramos libros

Todos los días compramos libros, bibliotecas completas, nuestra abastecedora es la gran Ciudad de México, la urbe parece una fuente inagotable. Haciendo cuentas y cerrando cifras nos llegan por día un promedio de 500 ejemplares, lo cual nos arroja 3 mil por semana (descansamos los domingos), alrededor de 150 mil por año. Las principales causas por las que nos ofrecen las bibliotecas es por defunción, el anterior dueño falleció y los libros no son de interés de los herederos; mudanza, casi siempre de carácter urgente; venta del inmueble, deben deshacerse de lo no necesario; remodelación, requieren liberar el área. Una de las razones menos comunes es la necesidad de dinero, pero la más rara es que el dueño en vida decida que sus libros, los que ya leyó, los que ya le sirvieron sigan siendo funcionales y aprovechados por otro lector.  Durante 10 años hemos comprado colecciones de varios tamaños, las más frecuentes de 250 a 300 libros, frecuentemente de una sola temática, adquiridos para l