Algunos colegas les llaman "testigos", otros "tripas" o "tripitas", son los objetos que los libreros de viejo hallan dentro de los libros, los cuales son parte de la historia de cada ejemplar, se encuentran principalmente separadores, pero también es habitual hallar boletos de tranvía, de camión o del metro, cartas, recibos de compra, recibos de nómina, billetes viejos, cheques, servilletas, imágenes religiosas, recados, listas del mercado, actas de nacimiento, navajas de afeitar, postales, recortes de periódico y tal vez lo más cotizado: fotografías antiguas. Estos objetos cuentan grandes historias, en una postal de una ciudad alemana, recuerdo que narraban el horror que fueron sus vacaciones, pues al bajar del camión la señora cayó del camión, nada grave, pero al ver la acción el esposo se exaltó y tuvo un infarto, ahí comenzó la pesadilla, desde comunicarse a urgencias y trasladarlo a un hospital sin saber el idioma, las complicaciones, el seguro, etc.
Espacio dedicado al gusto de compartir las experiencias relacionadas con el mundo de las librerías de viejo en México y en el mundo. Anécdotas de lo que ocurre en esos lugares mágicos inundados de polvo culto y aromas atractivos para los bibliómanos y bibliófilos.